sábado, 16 de abril de 2011

Fari Rosario: “Una buena minificción debe permitir varias interpretaciones”

Por Luis Martin Gómez
Narrador y ensayista, autor de El Jabalí y otros microcuentos, El coleccionista, Polvo y olvido y El columpio de los sonámbulos

Fari Rosario hizo lo que yo había prometido hacer y no cumplí, una antología de la minificción dominicana, que él ha bautizado con el sugestivo nombre de El columpio de los sonámbulos.

FR Se me ocurrió el título viendo a unos niños columpiarse en un parque y lo asocié a lo que considero es una tendencia de la literatura dominicana, el sube y baja (en su producción, en su calidad). Los sonámbulos vendrían a ser los lectores mientras leen una obra.

Fari dedicó su antología a Luis Díaz Ulloa, su abuelo materno que le contaba historias (comprensible) y al filósofo Heráclito (¡sorpresa!).

LMG Explícame...

FR Estudié filosofía y siempre me gustaron los filósofos presocráticos, especialmente Parménides y Heráclito, el que dijo que “en el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos”.

Siendo Fari licenciado en Filosofía, habiendo publicado un libro de minificciones y teniendo otros tres a tiro de imprenta, y luego de haber devorado las teorías de estudiosos y creadores del género; se puede afirmar sin el riesgo de concesiones por amistad o simpatía que se ha ganado por méritos acumulados el derecho a antologar los “textos chiquitos” dominicanos.

Por supuesto, este reconocimiento no lo librará de mal de ojos e intimaciones mediante acto de alguacil de los que quedaron fuera del ramillete y no entienden que una antología es un acto de selección, de escogimiento, excluyente por definición y muchas veces por necesidad, porque si no, la obra terminaría siendo un librón inmanejable que habría que editar con ayuda de publicidad comercial, como la guía telefónica.

(Ahora bien, para ser justos con esos asesinos en potencia en que pueden convertirse los ‘afuereados’, debo decir que también hay antologías que se hacen precisamente para dejar fuera a algunos autores, por desquite, envidia, chisme de patio, malquerencia, lucha tribal, insania, alzaimer conveniente y otras causas que darían para elaborar una antología de la mezquindad).

Sin embargo, doy fe y testimonio (manos sobre la biblia o sobre Los versos del capitán, según se crea o se ame) de que este muchacho buena gente de Moca, rostro quiquiriquí, que suele engolar la voz para que pensemos que es más viejo de lo joven que realmente es, no es –por ahora y protéjalo Dios- persona capaz de tal trapacería.

De todas maneras, le he recomendado, por si las moscas, un resguardo de Babalú Ayé traído desde La Habana que lo cuide de la viruela, la lepra, las enfermedades venéreas y otras sarananas que le echarán atrás, o se consiga una imagen de la Virgen, preferiblemente la de Guadalupe (tengo pruebas), que es una especie de todo incluido espiritual, porque la Virgen es la Virgen.

LMG Creo que sólo te salvará de la hoguera si explicas bien tu criterio para seleccionar esos 128 textos de esos 38 autores

FR Partí de una reflexión teorética sobre la evolución de la minificción en nuestro país. Lo primero que hice fue leer toda la minificcion dominicana publicada, y seleccioné las obras según el criterio utilizado internacionalmente para estos fines: que el texto no pase de 400 palabras, aunque estoy consciente que lo del número de palabras es relativo y no debe poner una camisa de fuerza al género.

Fari explica que el otro criterio que utilizó fue que los textos seleccionados cumplieran con siete características que según los teóricos del género debe tener una minificción, y que él cita en la introducción de su antología: “Brevedad, referentes culturales, complicidad con el lector, dominio de los recursos lúdicos, movimiento, virtualidad y tendencia a lo multívoco”.

FR He ido forjando mi propia opinión sobre el género y pienso que el verdadero protagonista de la mini ficción es el lector, porque es quien, una vez metido en el texto, completa la historia. También pienso que una buena minificción debe permitir varias interpretaciones; la minificción con un solo final es definitivamente mala.

Además de tener una idea propia de lo que es este género, la lectura de tanta minificción local le ha permitido a Fari Rosario ver tendencias técnicas y temáticas. “Nuestra minificción tiende a la crítica social, aborda la metafísica, y establece diálogos con la tradición en base a otros textos conocidos. Técnicamente, utiliza mucho los recursos cinematográficos, la parodia, los juegos de palabras y la mezcla de planos”.

Si se fijan, en las últimas frases Fari empezó a hablar de nosotros, es decir, de los otros y de él, porque como antólogo no pudo resistir la tentación de auto antologarse, cosa que ya ha sucedido con otros compiladores dominicanos.

Pero eso, Fari, es un mal endémico, o en todo caso, un pecado venial, como romper la dieta a mitad de semana, o incumplir la promesa de hacer una antología de la minificción dominicana, deuda que tú has saldado en nombre de (casi) todos los minificcionalistas, con valentía y buen tino.

El autor es periodista y escritor
Entrevista en video disponible en
www.yolayelou.blogspot.com y www.youtube.com/yolayelou

3 comentarios:

Vicsabelle dijo...

Sus entrevistas estan siempre colmadas de autores y obras que obligatoriamente tenemos que mirar. El haber literario dominicano esta cambiando y eso es importante.
Fecidiades a ambos

Luis Martín Gómez dijo...

Gracias, Vicsabelle; no dejes de visitarnos. Luis Martin

haduei dijo...

Ví la entrevista en yola yelou y me cautivó; estoy ansiosa por leer el libro. Sin embargo, debo resaltar que esta transcripción de la entrevista con los comentarios de Luis Martín está genial, muy amena. Exitos a los dos!