viernes, 21 de octubre de 2011

Francisco Comarazamy: “El periodista debe ser honrado en lo económico y en lo intelectual”

Por Luis Martin Gómez

A sus 103 años, don Francisco Comarazamy tiene muchas cosas que decir y algunos silencios. Los recuerdos acumulados durante más de un siglo le llegan a borbotones, atropellándose en su empeño por salir a la luz desde el escondite en que la nostalgia los mantiene recreándose. Mas el torrente se interrumpe de vez en cuando y en esas pausas don Francisco parece viajar a su San Pedro natal, el terruño que fue cuna de grandes artistas y empresarios, y que ahora lo es de excelentes peloteros, retratado amenamente por él en las crónicas reunidas en el libro San Pedro de Macorís: Memorias.
Tiene fama de periodista honesto y de escritor austero, y ante una leyenda viva como él, testigo de ese siglo veinte atroz y fascinante, centuria de las grandes guerras y de la revolución de la comunicación, uno podría preguntarle sobre cualquier tema y sacar gran provecho de su testimonio. Empiezo la conversación con el más obvio, a riesgo de que mi superficialidad quede en evidencia con una pregunta de carpeta.

LMG Ciento tres años y contando, don Francisco; ¿se puede saber la fórmula?

FC No sé, solamente Dios sabe por qué he llegado a esta edad, pero gracias a El me encuentro fortalecido, me siento bien; como, duermo, leo, leo mucho.

Asumiendo que la longevidad es de interés para algunos lectores que pretenden la eternidad, y de otros, preocupados por la buena salud que el ritmo avasallante de este modelo “exitoso” de vida nos escamotea, añadiré sobre el asunto que don Francisco me dijo que desayuna sólo frutas y un café con leche. No sé si eso devele el misterio de su añejidad (palabra que no existe y acabo de inventar, atención Bruno Rosario) y sospecho que en su caso esa condición tiene que ver más con la serenidad que deviene de una conciencia limpia, de un corazón sin odios.

Serie 23

Don Francisco Comarazamy tiene el talante de los “Serie 23”, expresión con la que los petromacorisanos exhiben su orgullo por un abolengo que fue signo distintivo hasta poco más de la primera mitad del siglo pasado, cuando terminó la bonanza económica de esa provincia bautizada con toda justicia como La Sultana del Este. En sus crónicas sobre San Pedro de Macorís, don Francisco señala que los nativos de esta provincia son los únicos en República Dominicana que se identifican con ese número correspondiente a la cédula de identidad, en lugar de hacerlo con el gentilicio macorisano.

“Para muchos, San Pedro de Macorís es una comunidad de gentes adustas, rígidas por no decir orgullosas, prevalidas del recuerdo de sus años de grandeza económica, intelectual, industrial y social. La verdad es que los petromacorisanos nunca han vivido de rodillas. Soy hijo de su propio esfuerzo”, dice don Francisco, y cuenta una anécdota que destaca la honradez que se atribuye a los Serie 23: “Una vez fui a un Banco a cambiar un cheque de la empresa en la que trabajaba y estando en la fila me doy cuenta que no tengo la cédula de identidad, me retiro y el cajero me pregunta por qué, le digo lo que pasa y me pregunta: ¿Tú no eres Serie 23? Le digo que sí y me dice: Pues toma el dinero y tráeme el cheque después”.

Es el prestigio ganado por hombres y mujeres emprendedores que convirtieron una humilde aldea de pescadores en una de las más prósperas provincias del país. Es la nobleza heredada de intelectuales de la estatura de Gastón Fernando Deligne, Virgilio Díaz Ordóñez, Víctor Villegas, Pedro Mir o René del Risco Bermúdez; de médicos con la vocación de servicio de Emil Kasse Acta o Antonio Zaglul; de familias empresarias como los Armenteros, Haché, Iglesias, Malla o Arévalo. Francisco Comarazamy lleva la marca de ese San Pedro ilustre y la muestra en su dedicación al periodismo y la literatura, en su compromiso con las mejores causas de la sociedad.

100 años de honestidad

Por fuerza de la edad, a don Francisco se le pueden extraviar algunos recuerdos pero nunca el de Juan Bosch, a quien considera uno de los mejores escritores dominicanos.

FC Bosch, antes de ser escritor, era periodista, trabajó en el Listín Diario; recuerdo que, siendo él presidente de la República, yo lo estaba tuteando durante una conversación, y el Secretario de la Presidencia que estaba a nuestro lado me llamó la atención diciéndome que al presidente no se le podía decir tú sino Usted o Excelencia, y yo le respondí que no estaba hablando con el Presidente sino con mi amigo Juan Bosch.

Don Francisco considera que la elección de Bosch como Presidente marcó un hito en la democracia dominicana. “El fue padre de la democracia dominicana, como también lo fue Balaguer; ellos fueron los dos más grandes políticos de la era moderna dominicana; curiosamente, ambos fueron periodistas en sus inicios, Balaguer en La información y Juan Bosch en Listín Diario”.

Comarazamy quiso ser médico pero la muerte de su madre y su hermano mayor le obligó a dedicarse al periodismo para poder vivir. Trabajó en La Opinión, Diario de Macorís, El Mundo, La Nación, El Caribe y Listín Diario, medios en los que realizó un periodismo muy distinto al de hoy día, cuando la sobrecarga informativa que ha provocado la llamada Era Digital hace que cualquier estupidez sea noticiable. Lástima que en este caos de titulares infinitos y textos truncos don Francisco no pueda indicarnos qué es lo realmente importante.

Terminé la conversación con otra pregunta tópica pero que en el caso de Francisco Comarazamy cobra especial relevancia. Me la respondió como si estuviera esperándola y quizás con el mismo entusiasmo que la contestara por primera vez a algún periodista imberbe o se la repitiera como una letania a un grupo de estudiantes de periodismo. ¡Cuánto me hubiera gustado que la escuchara de sus labios mi hija Laura Patricia y sus compañeros de la universidad, para que refuercen su ideal de hacer un periodismo honorable y no ese otro de pan y circo, vodevil de cafetín, teatro grotesco aunque altamente rentable, que realizan algunos periodistas y sus medios y que amenaza con convertirse en modelo de la profesión.

LMG ¿Algún consejo para los nuevos periodistas?

FC Honradez en el ejercicio y amor por el oficio, si un periodista no tiene estas condiciones, no llega a ser nunca un periodista verdadero; entiendo que un periodista debe observar una moral intachable, y ser honrado, sobre todo, en lo económico y en lo intelectual.

La tecnología está abriendo una nueva era para el periodismo pero don Francisco parece saber que, pese a todo, perduraran las características fundamentales de esta profesión. Despreocupado, algunas tardes teclea en su máquina de escribir mecánica, recordando tal vez el rumor del mar Caribe en Playa del Muerto o una puesta de sol sobre el río Higüamo, a orillas de Mosquitisol.

El autor es periodista y escritor
Entrevista disponible en video en
www.youtube.com/yolayelou 

1 comentario:

Argénida Romero dijo...

Excelente entrevista. Ese penúltimo párrafo vale su peso en oro. Gracias.