viernes, 5 de octubre de 2012

Mayo Rodríguez: “Estamos aprendiendo a hacer un uso sostenible de la naturaleza”


Periodista y ambientalista, co-autor del libro Maravillas naturales de nuestra tierra



Por Luis Martin Gómez

Un hilo de agua, que a la distancia parece algodón, corta la montaña en dos. Cae desde muy alto, tal vez desde una nube que está metida entre los árboles que coronan la cima, y se precipita hasta un charco que refleja rocas, hierbas, cielo.


Mayo Rodríguez (o quizás haya sido Carlos De Soto o Margarita Mora) aprieta el botón de la cámara y hurta a la naturaleza un momento único, irrepetible. Anota en su libreta: “Saltos de la Jalda, 4 de la tarde”, y suspira satisfecho, porque tiene la imagen de un lugar que pocos dominicanos han podido ver pero que podrán conocer a través del libro Maravillas naturales de nuestra tierra, del cual fue coordinador general y uno de sus fotógrafos.

MR Saltos de la Jalda fue, quizás, el punto que presentó mayor dificultad en nuestro recorrido por toda la isla. Cuando ya nuestros vehículos no podían transitar por la estrechez del camino, hicimos una cabalgata de dos horas hasta llegar a la caseta de los guardabosques del Ministerio de Medio Ambiente, y después de ahí, tuvimos que caminar una hora más por trillos montañosos muy estrechos. Pero el esfuerzo valió la pena, es un lugar de belleza indescriptible.

Con unos 120 metros de caída, Saltos de la Jalda está considerado el salto de agua más alto del Caribe. Está localizado en el Parque Nacional del mismo nombre, en el municipio de Miches, dentro de la Cordillera Oriental. La fotografía que lo muestra en el libro es ciertamente impresionante pero sólo compite con otras espectaculares, como la de Los caños del río Manguito, El Refugio de vida silvestre Gran Estero, o la de Cabo Rojo, en el Parque Nacional Jaragua.

MR Creo que mi capacidad narrativa nunca será suficiente para poder transmitir la belleza de los lugares que fotografiamos. Pero te puedo hablar, por ejemplo, de un lugar que se llama Palo Damajagua, en la provincia Valverde, donde convergen de frente dos ríos que vienen desde la montaña y caen hasta un charco preciosísimo. O del contraste del clima en Pedernales, muy cálido abajo y en cambio frio cuando subes la Sierra de Bahoruco, con 14 grados centígrados y una neblina  que apenas te deja ver. Y también de Laguna Cristal, un lugar hermoso que se disputan las provincias Samaná, Duarte y Sánchez Ramírez, porque queda en la zona limítrofe de las tres.

A Mayo se le ocurrió la idea de hacer esta obra tras escuchar la sugerencia del ex presidente Leonel Fernández para que unas fotografías de paisajes que decoraban un acto de inauguración de un banco de semillas endémicas fueran incluidas en un libro. Mayo propuso formalmente su realización dentro del plan operativo del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, donde trabajó durante 8 años, primero como director de comunicación y luego como viceministro, y tras la aprobación, él, dos fotógrafos más y una decena de técnicos, trabajaron intensamente por 3 meses y medio, hasta su puesta en circulación.

El libro, excelentemente diagramado e impreso, contiene fotografías y textos descriptivos de ambientes de 16 provincias del país. Además de los paisajes, incluye fotografías y datos técnicos de la flora  y fauna características de cada lugar. Un detalle muy útil: a pie de las páginas hay un indicador gráfico del grado de dificultad para acceder al sitio; sin embargo, faltó que pusieran una breve orientación de cómo llegar.

Cenizas y brotes

Mayo Rodríguez ya no está en el ministerio pero asegura que fue ambientalista antes de ejercer esa función pública y que lo seguirá siendo en el futuro. Los cargos son temporales, pero el ambientalismo, como sentimiento, como convicción, puede durar para siempre, salvo que heredes las acciones de una cementera o que una minera te dé un contrato de asesoría, como ha sucedido con algunos “verdes” dominicanos notables. No me parece que Mayo vaya a sucumbir a sus principios; lo suyo es pasión que no se negocia, romanticismo del bueno, y al mismo tiempo, conocimiento amplio de la materia, que lo autoriza a evaluar y sugerir racionalmente.

MR Falta aplicar el pago por servicio ambiental para beneficiar al que protege la naturaleza, y poner en práctica el plan de reordenamiento territorial, que establezca cuál es la vocación de cada pedazo de tierra de la isla, si turístico, forestal, urbanístico o agrícola. Pero podemos decir que se ha creado conciencia sobre la necesidad de proteger el ambiente, y podemos exhibir un aumento de la cobertura boscosa, de un 14% a un 39%, lo que nos coloca entre los tres primeros países con mayor crecimiento de la masa forestal en los últimos años. Además, tenemos áreas protegidas, leyes aprobadas y otras que se están conociendo, como la ley del agua y la de recursos costeros. Y lo más importante, hemos ido aprendiendo a hacer un uso sostenible del medio ambiente, a usar los recursos sin agotarlos, sin alterar el equilibrio entre el hombre y la naturaleza.

Parte de esa armonía ha quedado registrada en Maravillas naturales de nuestra tierra. Uno ve esas bellas fotografías de montañas, bosques, ríos, aves, y solo pide vida para tener la oportunidad de pasar una tarde al borde de una cascada en el Parque Nacional Aniana Vargas, o contemplar un amanecer ante los manantiales de Laguna Prieta, en el momento en que un barrancolí se mira en el agua que parece beberse el cielo entero.

El autor es periodista y escritor
Entrevista en video disponible en http://www.youtube.com/watch?v=oGMLEd518yo&list=UU4vT4tVlAkPGLbE80p9Mx2w&index=3&feature=plcp

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