viernes, 9 de noviembre de 2012

Un milagro


Por Luis Martin Gómez

Aunque en nada intervino la fe, lo cierto es que salvó su vida gracias a la religión. Su corazón quedó intacto porque la bala penetró sólo hasta el Salmo 91, versículos 3 al 7, de la pequeña Biblia que portaba en el bolsillo izquierdo de la camisa cuando se inició el tiroteo.

De Dialecto, 1999