sábado, 18 de septiembre de 2010

Dinorah Coronado: “Hay que colgar un poema en cada poste”


Por Luis Martin Gómez


Escritora vegana residente en Estados Unidos. Ha obtenido, entre otros galardones, el Premio Nacional de Literatura Infantil, el premio Barco de Vapor y el premio de novela Letras de Ultramar.


Su risa es estridente como la de una niña que aún no ha sido domada por los convencionalismos sociales y se expresa con analogías simples de campesina virgen a la que todavía no deslumbran la ciudad y sus espejismos.


Parece una niña, Dinorah; ¿será que es Peter Pan redivivo? Mirada pura tiene y se le iluminan los ojos cuando suena el silbato del viejo tren que viaja hasta la estación de las maravillas.


Cuentan que allí, donde la vida ocurre de mil maneras al mismo tiempo, ella pagó con mariposas un viaje hacia Jumunucú para hablar bajo un almendro con su padre, Domingo Coronado, sobre su triunfo en el primer maratón La Vega-Moca celebrado en 1928.


De esas conversaciones nació Soy campeón, su novela juvenil editada por Alfaguara.

LMG ¿Cuál es el mensaje que quieres que capten los jóvenes lectores?
DC Que descubran que pueden ser campeones cada día siempre que se impongan una meta definida y se preparen para llegar a ella.

Dinorah, quien además de escritora es psicóloga y consejera escolar, propone que los jóvenes compitan con ellos mismos, monitoreando su progreso, corrigiendo las fallas y fortaleciendo los logros. “Ahí está el ejemplo de mi padre, que pudo ser campeón de maratón venciendo muchas dificultades, corriendo descalzo entre montes y caminos pedregosos, siendo constante en su entrenamiento, teniendo fe en lo que hacía”.

En Soy campeón, Dinorah Coronado remonta a paso doble hasta sus primeros recuerdos en La Vega, haciendo un recorrido por la fundación de esa ciudad, la leyenda del Santo Cerro, cómo se vivió en provincias la primera ocupación estadounidense a nuestro país, la reacción de los veganos a la llegada del automóvil y de la electricidad.

LMG Hay mucha añoranza en tu novela, Dinorah; ¿será que prefieres tu pasado pueblerino a este presente de escritora en una mega urbe como Nueva York?
DC El pasado siempre nos parece mejor. Con esta novela, yo quería acercarme a una comunidad en un tiempo en el que no había tanta tecnología como ahora. Me dicen que en mi pueblo el cartero no sabía leer por lo que tenían que hacerle dibujos para ayudarlo a ubicar las direcciones. También me han hablado de las películas que ponían en el Teatro Progresista, cintas de Charles Chaplin o las mexicanas que fueron tan populares. En fin, la idea era dar un paseo con mi padre a través de esos recuerdos, tender un puente para reunirme con mis antepasados.


Por los 411


Dinorah Coronado ya había sobresalido con algunas jugadas artísticas cuando la sacó por los 411 con Rebeca al bate y dos cuentos más, libro con el que ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil, un galardón que se suma al primer premio de narración de la universidad Passaic, Nueva York; primer premio de poesía de la Asociación Dominicana en Nueva York; premio Barco de Vapor de la editorial SM por su novela Juanito y su robot; premio Letras de Ultramar por su novela A la sombra del flamboyán; y premio de literatura infantil de la Sociedad Renovación, Puerto Plata, por su obra Cuentos encantados. Como se puede ver claramente, Dinorah es una triunfadora de la carrera literaria en la que corre, igual que su padre maratonista, con creatividad, tenacidad y disciplina.


LMG Trabajas básicamente para los primeros lectores, los niños, ¿qué acciones sugieres para motivarlos a leer más?
DC A veces pienso que en cada poste de luz debería haber un poema, un cuento, la portada de un libro, que llame la atención de la gente sobre la literatura; también creo que los libros deberían venderse a más bajo precio para que estén al alcance de la mayoría; y además, me parece que los padres deberían apagar el televisor durante un rato y ponerse a leer junto a sus hijos, para crear niños lectores pero también niños autores que se animen a contar sus experiencias.


La idea de Dinorah de colgar poemas y cuentos en los postes de luz es factible. En Paseo de la Reforma, México, colocan en las aceras mini vallas con poemas que los transeúntes pueden leer; en Orihuela, España, donde este año conmemoran el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, hay pancartas con sus poemas que cuelgan de los balcones de las casas y comercios; en Santiago de Chile, hay pedigüeños que cambian poemas por monedas… De manera que es posible hacer algo similar en nuestra ciudad, poniendo mini ficciones en las vallas usadas tradicionalmente por los políticos, con lo cual nos libraríamos de paso de sus fotos con sonrisas fingidas y sus promesas fabulosas; e imprimiendo poemas allí donde suelen exhibirse licores o cervezas. Se vale soñar…
El autor es periodista y escritor
Entrevista en video disponible en
www.youtube.com/yolayelou

1 comentario:

Elizabeth Polanco dijo...

Deberíamos comenzar de inmediato,una
hermosa forma de sustituir tantas noticias negativas, comentarios insulsos y palabras banales. Elizabeth Polanco