Poeta, editor de Isla Negra, autor de Mapa al corazón del hombre
Por Luis Martin Gómez
Carlos
Roberto Gómez echó la infancia entre Rio Piedras, Puerto Rico, y El Seibo,
República Dominicana. “Allá era el dominicanito y aquí el boricua”. Nació en
República Dominicana y a los cinco años de edad su familia lo llevó a vivir a
Puerto Rico, donde su madre, abogada, cursaría una maestría en sociología con
una beca concedida por la Organización de Estados Americanos OEA. “Dos meses al
año, durante el verano escolar, volvía al Seibo a montear, bañarme en el rio, cazar
con tirapiedras”.
La dualidad
dominico-puertorriqueña lo confundió por un tiempo hasta que en la adolescencia
logró conciliarla a través del concepto de lo antillano, ese que han ido
alimentado miles de personas de las islas y que potenciaron personajes ilustres
como José Martí, Eugenio María de Hostos y Juan Bosch. Ahora, Carlos Roberto se
toma en serio este amplio ámbito que incluye islas, un mar y canales que a
veces nos unen y otras nos separan, y cierra muchos de los libros que edita con
un colofón que contiene el archipiélago: “Este libro se diseñó en San Juan,
Puerto Rico; se corrigió en La Habana, Cuba; y se imprimió en Santo Domingo,
República Dominicana”. Isla Negra, su editorial con más de veinte años y
contando, tiene vocación antillana y busca tender puentes de cultura entre las
islas.
LMG ¿No peligra la editorial con la tendencia
creciente de las autoediciones?
CRG Es que Isla Negra es hija de las
autoediciones, nació con mi primer libro, que edité yo mismo, al igual que hizo
la mayoría de los escritores de mi generación. Por eso reconozco el
valor de la auto-publicación, pero también estoy consciente de que para un
autor es más conveniente delegar todo el trabajo de editar, publicar y
distribuir un libro, a un editor profesional, porque no le va igual a un libro
solo, huérfano, que a otro que tiene cuarenta o cincuenta hermanos atrás
empujándolo.
A pesar de ser, como el mismo se define, un “editor
medieval”, Carlos Roberto confiesa su fascinación por el libro digital, en
cuanto elimina muchos de los problemas que debe sufrir el editor tradicional, tales
como el formato, la calidad de papel, la calibración de los colores, la
distribución y venta de los ejemplares. “En el mundo digital no existen los
errores, o casi no existen, porque cualquier defecto se puede corregir
prácticamente de inmediato, una tonalidad, una palabra… No hay que bregar ni con
distribuidor ni con el impresor, lo que tú subes en pdf es lo que se va a leer. Entonces, la edición digital nos quita
la mayoría de los dolores de cabeza propios del mundo de papel, pero también
nos quita el olor del libro, de la tinta, la magia de la textura del papel, la
perfección del corte, la belleza de la cubierta”.
“Una de las cosas que me motivó a fundar
Editorial Isla Negra fue lo poco que se conoce la literatura puertorriqueña
aquí y la dominicana allá. Lamentablemente, creo que se conoce menos la
dominicana allá”.
Como editor ducho, está seguro que ni esta generación ni la
siguiente verán la muerte del libro en papel y apuesta a una coexistencia de
los dos formatos, el tradicional y el digital.
“Todavía el libro digital tiene una dificultad: la seguridad; es muy
complicada y costosa, no es lo mismo asumir el costo de seguridad para unos pocos libros de un editor
independiente que dividir ese costo
entre cien mil libros, a la manera de Amazon o de otra cualquier otra
distribuidora multinacional”.
Un largo silencio
Tanto se metió Carlos Roberto Gómez en su editorial Isla
Negra, tanto empeño le puso para que fuera, como en efecto es, una de las
mejores editoriales del Caribe, que se olvidó de su propia obra. Escribió
cuatro poemarios y ganó un premio nacional de poesía en Puerto Rico, y luego,
se quedó mudo.
CRG Hice un
ejercicio que yo mismo he bautizado como “la posposición del ego”, pero parece
que eché el ego demasiado hacia atrás, o como a “la loca del ático”, la mandé
para arriba y se quedo allí por casi 20 años. En todo ese tiempo no escribí
nada, ni un poema; me dediqué tanto a diseñar, corregir, ilustrar, distribuir,
ir a ferias del libro…, que se me olvidó que yo era esencialmente un poeta.
“En República Dominicana, más que impresores, que los hay
excelentes, necesitamos editores profesionales, en el mejor sentido de esta
profesión”.
Tras veinte años de silencio, Carlos Roberto habla de nuevo
con Mapa al corazón del hombre, un
poemario que es a un tiempo erotismo, religiosidad, metafísica, diario personal
y crónica de viaje.
CRG El libro es
un mapa pero no para llegar a un lugar específico, a un lugar físico, sino a un
concepto. Todas las culturas nos hemos planteado dónde está el corazón, si a la
derecha, a la izquierda, si en el estómago o entre las piernas. Yo soy un poeta
lírico, pero no en el sentido tradicional, sino en uno que piensa que la
emoción amatoria es la suma de todas las emociones. Por eso está la experiencia
religiosa, metafísica, familiar, la del viaje, de los gustos, las lecturas, la
música, las películas… Hay un poema que es un homenaje a Cinema Paradiso, otro que se refiere a mi niñez en el Seibo y en
Puerto Rico; pero el libro tiene unos pequeños artefactos que coloqué
estratégicamente para despertar varias emociones.
Carlos Roberto se refiere a las dos cubiertas del libro, a
los colores de la tipografía, y sobre todo, a un elemento que quizás sea una
novedad en el mundo editorial: un glosario de afectos. “No me gustan las
dedicatorias porque dificultan la lectura, pero resulta que cuando terminé el
libro tenía como 15 dedicatorias, a mujeres, amigos, a mi madre, mi hija…
Entonces decidí sacarlas de los poemas y hacer un glosario aparte, para no
amarrar el poema a lo autobiográfico, para que el lector pudiera disfrutar del
poema sin referencias ajenas al texto”.
LMG Editor y
poeta, ¿quién crees que ganará la batalla?
CRG Me he hecho
muchas veces esa pregunta y voy a complicarla un poco más: poeta, editor o
profesor universitario, que es otra pasión que también me arropa. Ahora, si tú
me pidieras que seleccionara una de las tres, yo te diría que prefiero que me
recuerden como poeta. Es lo que quiero ser y creo que he logrado que el editor
y el profesor universitario sean un poco más poetas.
El autor es periodista y escritor
Video de la entrevista en www.youtube.com/yolayelou
Video de la entrevista en www.youtube.com/yolayelou
A mí a veces me pasa lo mismo. A veces el trabajo, la rutina me hace olvidar de quién soy. Por eso en mi heladera patrick tengo colgados unos ejercicios, son más bien cosas que tengo que repetir para recordar quién soy, que no me atrape la rutina.
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