Periodista y
escritora, autora de El grito del tambor, novela sobre la invasión de Francis
Drake a Santo Domingo
Por Luis Martín Gómez
Lo único
que hasta el momento no me ha gustado de Emilia Pereyra es un pescado a las
finas hierbas que nos preparó a mi esposa Jacqueline y a mí, a Patricia y
Armando, a Orlando y Ángela, una noche que soñábamos fundar una editorial
dominicana con alcance continental. En cambio, me encanta su literatura (sus
novelas más que sus cuentos); la forma profesional y ética con que maneja la
comunicación, esa querida prima-hermana de las letras; y su disciplina de
hierro, hábito que le ha permitido completar cuatro novelas, una colección de
cuentos y una compilación de perfiles biográficos.
La
constancia, tan buena compañera para el escritor como lo es el talento,
propició que Emilia concluyera su obra El
grito del tambor, luego de ocho años de investigación y uno de escritura. El
resultado de esa labor tesonera es una novela bien estructurada y
excelentemente escrita que nos transporta al vergonzoso momento en que el
corsario inglés Francis Drake invadió y saqueó la ciudad de Santo Domingo. El
tema había sido abordado, por supuesto, por historiadores y ensayistas, pero la
primicia literaria le pertenece a Emilia Pereyra.
LMG Cuándo supiste que esta historia daba para
novela?
EP Primero, encontré ese episodio histórico en la obra La vida
escandalosa en Santo Domingo en los siglos XVII y XVIII, del historiador Frank Moya Pons, y luego,
cuando profundicé en el tema, me di cuenta que había reunido tantos elementos
que podía construir una novela que abordara la confrontación entre imperios, la
lucha interna en la colonia, la cobardía de las autoridades, el sufrimiento que
pudo haber experimentado la población durante el mes que duró la invasión, y lo que ocurriría después, cuando la colonia
quedó en un estado de miseria calamitoso.
Además de Moya Pons,
Emilia Pereyra revela que consultó la obra De
Cristóbal Colón a Fidel Castro, de Juan Bosch, para entender mejor el
contexto geopolítico de aquel suceso, y la biografía Sir Francis Drake: El pirata
de la reina, de Harry Kelsey, para construir el perfil del corsario.
“También investigué la historia española de esa época para conocer la actitud
del rey Felipe II de España respecto a la reina Isabel I de Inglaterra, pues entre
ellos había una disputa política, territorial, religiosa y hasta personal; en
esa búsqueda, que me llevó vía internet al Archivo de Indias, encontré a otro
de los personajes de la novela, Bernardino de Mendoza, colaborador de Felipe II
y de alguna forma persecutor de Francis Drake desde la distancia”.
En El grito del tambor es evidente el
cuidado extremo de la autora por reflejar fielmente la ambientación de la época,
sus edificaciones, vestimentas, alimentos; pero es aún más notorio su esfuerzo
por el empleo correcto de un lenguaje que situara temporalmente a los
personajes y al mismo tiempo no dificultara su entendimiento al lector de hoy.
EP Para comprender cómo se hablaba entonces, leí varias novelas del siglo
XVI y consulté un diccionario de términos antiguos, confirmando constantemente
que las palabras que estaba usando existían ya en ese siglo. De todas formas,
cuando terminé la novela, se la presenté a María José Rincón, una lingüista
española, para que la leyera con sentido crítico y le hiciera las correcciones
de lugar.
Con ese lenguaje de
época literariamente alterado, hablan personajes bien perfilados, aunque en
algunos casos estereotipados, demasiado anclados a sus roles históricos, y por tanto, sin relieve. Se salen del molde,
reclamando mayor profundidad, más perspectiva, Francis Drake, el invasor
terrible; Bernardino de Mendoza, quien combate al corsario en el enrevesado
campo diplomático; Garcí Fernández de Torrequemada, quien asume el liderazgo de
la defensa de la ciudad abandonada por sus autoridades; y sobre todo Sadá, la
esclava liberta que simboliza la rebeldía que faltó a los isleños, y cuya
relación de deseo y odio con Drake alcanza niveles memorables. De todos ellos,
me quedo definitivamente con Sadá, hermosa, indómita, y a quien al final de la
obra deseé que sobreviviera a su temeraria fuga.
Con una estructura algo
rígida pero indudablemente funcional, que nos permite ver lo que se cuenta
desde cuatro o cinco ángulos distintos, El
grito del tambor se monta sobre la historia del sitio y robo de la ciudad
de Santo Domingo por Drake y sus hombres para referir situaciones de avaricia,
traición, valentía, cobardía, oportunismo, fe. Cuál lectura quisiera la autora
que prevaleciera?
EP Primero me gustaría que sea valorada como una creación literaria, que se
puedan ver sus valores artísticos más allá del hecho ocurrido. Luego, creo que
la novela puede contener algunas lecturas para este tiempo, como la que todos
los habitantes de un país, especialmente sus autoridades, deben saber prever el
peligro y defenderse. Aquella vez había una gran desprotección, y ese mismo desamparo
lo sentimos en estos momentos, cuando en muchos casos solo estamos tomados de
la mano de Dios. En ese sentido, siento que las lecciones de la historia no se
han aprendido y que lo que se plantea en la novela ha seguido ocurriendo;
quizás podamos echar una ojeada crítica hacia el pasado que nos sirva para
mejorar el presente.
El grito del tambor me ha gustado tanto que ya espero con ansias
la próxima novela de Emilia Pereyra. Solo espero que no me invite a hablar de
ella en una cena, a menos que invite yo y sea Jacqueline la que cocine.
El autor es periodista y escritor
Entrevista en video disponible en http://www.youtube.com/watch?v=EbG8fMdvaYg&list=UU4vT4tVlAkPGLbE80p9Mx2w&index=1&feature=plcp
Entrevista en video disponible en http://www.youtube.com/watch?v=EbG8fMdvaYg&list=UU4vT4tVlAkPGLbE80p9Mx2w&index=1&feature=plcp
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