Estos dos intelectuales dominicanos hablan sobre la obra más reciente del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa
Por Luis Martín Gómez
Desde muchísimo
antes de que ganara el Premio Nobel de Literatura, cualquier obra de Mario Vargas
Llosa ha despertado gran interés. Sucedió con sus grandes novelas, como La casa verde, Conversación en la catedral o
La guerra del fin del mundo; y con sus formidables ensayos, como El viaje a la ficción o La orgía perpetua.
Su libro más reciente, La civilización
del espectáculo, no ha sido excepción, y es leído con avidez por
intelectuales, por sus seguidores y el público interesado en el tema de la
cultura.
La civilización del espectáculo, título inspirado en el ensayo de
Guy Debord, La sociedad del espectáculo,
llama particularmente la atención porque propone una hipótesis provocadora: la
desaparición de la cultura y su sustitución gradual por la diversión, a la que el
autor le añade reiteradamente los apellidos banal y frívola. En palabras del
propio Vargas Llosa durante una entrevista en Madrid en el programa La noche blanca que produce y conduce el
escritor y periodista español Fernando Sánchez Dragó, “el concepto de cultura,
que era muy claro e identificable, ha ido a lo largo de los últimos 30 ó 40
años ensanchándose para abarcar y representar tantas cosas a la vez, que hoy
prácticamente no quiere decir nada (...) Todo es cultura y nada es cultura,
porque ésta ha pasado a ser una forma de entretenimiento”.
Por la indudable
importancia de esta obra y el gran prestigio de quien la escribió, hicimos un
acercamiento a la misma con la ayuda de dos grandes intelectuales dominicanos,
cuyo trabajo creativo y crítico ha sido reconocido con el Premio Nacional de
Literatura: José Alcántara Almánzar y Andrés L. Mateo. Alcántara está
totalmente de acuerdo con el planteamiento de Vargas Llosa; Mateo, lo acepta
con reservas.
JAA Yo estoy
de acuerdo, estamos viviendo un momento de completa transformación, de
metamorfosis, de lo que conocemos como cultura que, en su noción tradicional, está
en completa decadencia.
Alcántara culpa de ese descalabro a
la economía de mercado, manera elegante de llamar al capitalismo y sus aciertos
y atrocidades. El mercado, bueno porque satisface necesidades y malo porque las
inventa hasta convertir al consumidor en súbdito que vive casi exclusivamente para
mantener funcionando el sistema, en víctima de su eterna demanda de bienes que
muchas veces no requiere, sería para Alcántara el banalizador por excelencia, en
cuanto debe echar mano de la superficialidad, del facilismo, para poder llenar
tanto deseo insatisfecho. “Ese imperio que es el mercado, auxiliado por la
publicidad, ha influido en la trivialización de la cultura; fijémonos, si no,
en la televisión, cuya programación, en su generalidad, carece de buen
contenido”.
“Este es un grito de alerta de un escritor e intelectual que está viendo que lo que él hace se está desvalorizando cada vez más por la indiferencia y la apatía". José Alcántara Almánzar
Por su parte, Andrés L. Mateo reconoce el proceso de
banalización de la cultura que denuncia Vargas Llosa pero advierte una exageración
en su preocupación por este fenómeno.
ALM Lo que en
realidad está desapareciendo es la concepción de la cultura proveniente de la
modernidad, porque en las condiciones del mundo posmoderno, que es el que
vivimos, la cultura no puede seguir siendo lo que era.
Mateo indica que la banalización de
la cultura y los aspectos de la vida que envuelve habría surgido con la
expansión del aparato productivo posterior a la Segunda Guerra Mundial. “A la
experiencia negativa que se vivió durante esa quiebra de la razón, le sobrevino
un proceso de trivialización en el que lo importante para la gente era vivir,
divertirse, gozar el espacio efímero de la existencia”. La industria del
entretenimiento, fortalecida por medios de comunicación cada vez más poderosos,
fue convirtiendo esta fuga de la realidad en una manera de ser que en la actualidad alcanza dimensiones planetarias. Este fenómeno
se repetiría con la guerra de Vietnam y se potenciaría, acaso como una
estrategia, durante la de Irak y de otras colaterales. ¿Estaría, entonces,
alentando la banalización que mortifica a Vargas Llosa el mismo sistema que él
defiende a capa y espada? Irónico.
Una obra menor
En La civilización del espectáculo, Vargas Llosa parece evidenciar una
visión estática de la cultura. Aunque considera exagerada la tesis de T.S.
Eliot contenida en su obra Notas sobre la definición de la cultura, de 1948,
por momentos da la impresión de que suscribe sus postulados, como la necesidad
de las élites y la idea de que la democratización de la cultura solo se logra
con su empobrecimiento. “La cultura debe ser de una minoría- dijo Vargas Llosa
en la referida entrevista. Es un ideal democrático muy generoso el que la
cultura llegue a todos, pero la realidad es que no puede llegar de la misma
manera a todo el mundo”.
Al respecto, Andrés L. Mateo sostiene
que la cultura no es una esencia eternamente parecida a sí misma. “No puede
serlo. Si uno concibe la noción de cultura como todo lo que vive, como todo lo
que permite al ser humano transformar la naturaleza, entonces la cultura es
siempre un siendo perpetuo. Y si bien es cierto que estamos ante una
transformación profunda del concepto de cultura, ésta no apunta exclusivamente
al proceso de banalización”. José
Alcántara, en cambio, no ve un anclaje decimonónico en la posición de Vargas
Llosa, tomando en cuenta que él revisa las teorías del siglo XX, desde Eliot hasta la Cultura Mainstream de Frederic Martel.
“Lo que sí tiene es una visión pesimista, dolida, de lo que está sucediendo con
la cultura en nuestro tiempo”.
“En definitiva, no hay un valor absoluto que defina la banalización como único elemento característico de la posmodernidad”. Andrés L. Mateo
En su primera obra después de haber
obtenido el Nobel, Vargas Llosa aborda la situación actual de la cultura con la
propiedad y la claridad expositiva que lo caracterizan, argumentando deliciosamente
sobre temas como el erotismo, la espiritualidad, la política y la comunicación.
Uno echa de menos, sin embargo, el rigor académico y la riqueza de citas de sus
otros ensayos, y nota que éste se trata de un largo discurso, interrumpido por
artículos periodísticos que lo fueron prefigurando, sobre lo que se comenta
acerca de la cultura en reuniones, la aulas, los medios de comunicación. ¿Están
de acuerdo Alcántara y Mateo?
ALM Lo que
ha hecho Vargas Llosa con la cultura es analizarla como una variable metafísica
del mundo posmoderno, valorando únicamente el aspecto de la banalización que
puede producirse a partir del uso segmentado de los medios de comunicación; pero no se puede hacer del debate de un proceso histórico en movimiento un
análisis metafísico, porque entonces se privilegia un solo aspecto de un
fenómeno que es mucho más complejo.
JAA Este es
un libro de los que se hacen para descansar porque no es lo mismo escribir una
novela como El sueño del celta, que
seguramente le exigió a Vargas Llosa una profunda investigación y un gran
esfuerzo creativo, que escribir un ensayo como éste, que se deriva de cosas que
él ha venido escribiendo y pensando desde hace tiempo. No está atiborrado de
citas porque no es un libro académico, sino un libro de un gran pensador y
escritor que viene a ser un grito de alerta sobre lo que está pasando con la
cultura.
El autor es periodita y escritor
2 comentarios:
Interesante, absolutamente de acuerdo con la posición dejada al final por José Alcántara A. sobre la valoración de este último trabajo de Mario Vargas Llosa-Además que descubre su real percepción elitista de la sociedad. Y yo me pregunto: ¿Qué es cultura? ¿La cultura es elitista y se empobrece cuando se la democratiza? Y me sigo preguntando: ¿No es que tienen tanto o igual valor los movimientos culturales de fiestas de Palos o la samba brasileira como un solo de Piano, Arpa, o las fiestas gitanas o el disfrutar una obra pictórica abstracta? Para mí la cultura eleva el espíritu de un pueblo pero ese pueblo tiene que identificarse con su cultura.
En la entrevista compartida de los intelectuales dominicanos Alcantara y Mateo me parece muy interesante . Cada uno de ellos, desde su justa perspectiva enfoca el valor de lo que refiere en su ensayo Valgas Llosa. Sobre todo lo que en su justa perspectiva senala finalmente Mateo al referirse al libro en cuanto a lo que pudo hacer Vargas Llosa respecto al tema tan complejo de la cultura . Me refiero en que debió referir para apoyar su ensayo otros trabajos importantes que sobre el tema se han realizado. Sobre todo porque es un escrito que pueda general controversias de parte de el lector intelectual .
El tema es uno que se presta para múltiples discusiones, por tanto, debió avalarse en trabajos que cuestionen y dialoguen en cierta medida con sus aseveraciones .
En general me parece que la forma en que realizas esta entrevista, por otro lado el tema se debate, desde la visión de mundo de dos intelectuales tan importantes dentro del sector crítico dominicano, ha sido muy enriquecedor, porque cada uno de ellos con su bagaje cultural ha sido capaz de aportar con ideas muy certeras ..lo que puede ser el mensaje que el emisor quiere traer en La civilización del espectáculo .
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