Por Luis
Martin Gómez
Aunque en
nada intervino la fe, lo cierto es que salvó su vida gracias a la religión. Su corazón
quedó intacto porque la bala penetró sólo hasta el Salmo 91, versículos 3 al 7,
de la pequeña Biblia que portaba en el bolsillo izquierdo de la camisa cuando
se inició el tiroteo.
De Dialecto, 1999
1 comentario:
Excelente!
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