sábado, 23 de marzo de 2013

Antonio José Pérez Cardozo: “Duarte habría orado al Cristo de Achaguas”


Vicario General de la Diócesis de San Fernando de Apure, Párroco del Santuario Nacional Cristo de Achaguas

Por Luis Martin Gómez

En Achaguas, municipio del Estado Apure, Venezuela, donde Juan Pablo Duarte habría vivido diez años durante su segundo exilio, dos personajes le disputan la atención al Patricio: el Libertador Simón Bolívar, omnipresente en calles y plazas, y el Milagroso Cristo de Achaguas, símbolo espiritual de esta pequeña ciudad localizada a unos 500 kilómetros de Caracas.

Este Cristo, tallado en cedro amargo por el artista español Merced Rada, mide 1 metro 80 de altura y carga una cruz de 1 metro 40 de largo, al pie de la cual está la figura de Simón de Cirene, el campesino que, según las Escrituras, ayudó a Jesús a cargar la cruz hasta el Gólgota.

Según nos cuenta el sacerdote Antonio José Pérez Cardozo, Vicario General de la Diócesis de San Fernando de Apure y párroco de la iglesia de Achaguas,  la llegada de este Cristo a Achaguas fue fruto de una promesa que hiciera el General José Antonio Páez, patriota y dos veces Presidente de Venezuela, de obsequiar un Cristo a la población de Achaguas si él y sus tropas resultaban vencedores en la batalla de Carabobo, decisiva para la independencia venezolana.

AJPC El 10 de mayo de 1821, antes de partir de Achaguas al mando de 2,500 hombres, Páez oró en la iglesia del pueblo e hizo la promesa de volver con la imagen del Nazareno. Por tanto, la historia del Cristo de Achaguas está estrechamente ligada a la lucha por la independencia venezolana y a la fe del pueblo en su soberanía.

Páez tardaría varios años en cumplir su promesa, tras su triunfo en Carabobo, donde tuvo una destacada participación, bajo las órdenes de Simón Bolivar. En 1833 encargó tallar la figura que finalmente fue entregada a la población de Achaguas en 1835.


Se presume que el Padre de la Patria dominicana Juan Pablo Duarte habría estado en Achaguas, según los pocos documentos existentes sobre su etapa venezolana, entre 1852 y 1862, de manera que a su llegada a esta ciudad, procedente de Rio Negro y de manos de su protector el sacerdote Juan Bautista Sangenis, ya el Cristo estaba instalado.

AJPC Suponemos que Duarte habría tenido sus momentos de oración ante el Cristo pero no tenemos ninguna constancia documental de su presencia en esta parroquia. Es seguro que el misionero capuchino de aquella época fue escribiendo todo lo que sucedía en la iglesia pero al parecer la humedad y los insectos destruyeron esos documentos.  No tenemos ningún registro desde 1774 hasta 1912. Habría que investigar en los archivos de la iglesia en Caracas para ver si se puede encontrar algo del periodo en que Duarte estuvo aquí.

Un Cristo milagroso

Aunque su nombre oficial es Nazareno de Achaguas, este Cristo ha sido bautizado como El Milagroso Cristo de Achaguas, debido a los numerosos milagros que los fieles aseguran haber recibido por su intermedio.

AJPC Hemos visto sanaciones de cáncer de garganta, de próstata, de mamas; gente que ha recuperado la visión y parejas con problemas para procrear que han podido tener sus hijos después de pedirlo al Cristo.   Una vez vino desde Caracas un señor con problemas del corazón a quien los médicos habían desahuciado y a los que él había dicho: “yo tengo un médico que me va a sanar”; se arrodilló ante el Nazareno y se curó de esa dolencia. Dos sobrinas que lo acompañaban aseguran que en el momento de la petición el Cristo movió la mano derecha; luego se comprobó que la manga de la túnica del Cristo se había bajado, y no pudo ser el viento, porque la figura está encerrada en una caja de cristal.

El Cristo de Achaguas es venerado por los fieles durante todo el año pero en Semana Santa la afluencia de fieles a la iglesia donde se encuentra se torna masiva. El miércoles Santo, la iglesia celebra 12 misas, comenzando a las 4 de la madrugada. A las 5 de la tarde, el Cristo es paseado por todo el pueblo en una procesión que termina a medianoche.

AJPC  El Cristo de Achaguas es un resorte de Fe, una fuerza misteriosa que une a los pueblos llaneros de Venezuela.

Este Cristo, que simboliza uno de los dolorosos momentos de Jesús en su calvario, pudo haber servido de consuelo a Duarte, muy creyente en Dios, sin dudas, como lo evidencia la invocación al Señor en el juramento trinitario, sus estudios de historia sagrada con el Padre Sangenis, y su casi entrega al sacerdocio, que declinó por su consagración a la Patria.

Uno imagina que algunas tardes, terminada su labor comercial, o después de haber participado en una de las reuniones de la Sociedad Joven Achaguas, de la que era miembro activo, el Patricio se inclinaba ante el Nazareno para pedir por muchas cosas, pero especialmente por su familia y por su amada Patria, siempre por su Patria.

Oración al Cristo de Achaguas (fragmento)

"Misericordioso Jesús Nazareno de Achaguas, te suplicamos por las necesidades del mundo entero, por la paz y la concordia entre los pueblos, que cese la violencia para que todos los hombres caminemos por sendas de progreso material y espiritual… ¡Oh! Jesús Nazareno, que al cargar con la cruz camino del calvario llevaste sobre tus hombros el peso de nuestros pecados para darnos la Salvación, te imploro perdones mi extravío, pues arrepentido vengo a ti confiado en que aceptes esta plegaria…"

NOTA: Esta entrevista fue realizada gracias a la colaboración de la empresa Odebrecht y la Fundación García Arévalo

El autor es periodista y escritor


      

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