sábado, 16 de marzo de 2013

Gustavo Wiese: Cambiar “el pobre Duarte” por el “glorioso Duarte”


Diplomático, historiador, Presidente ad vitam del Instituto Duartiano de Venezuela

Por Luis Martin Gómez

A sus noventa y tantos años, don Gustavo Wiese está, como decía mi octogenaria e inolvidable maestra de primaria Blanca Patín, “al pie del cañón”. Donde se requiera hablar de Juan Pablo Duarte, allí va él y su prédica apasionada sobre el Patricio. Según me contó el historiador Juan Daniel Balcácer, don Gustavo ha viajado de Caracas a Barcelona sólo para dar una conferencia acerca de Duarte. A ese nivel llega su consagración a este tema.

Ese duartismo a ultranza le ha hecho merecedor de la presidencia vitalicia del Instituto Duartiano de Venezuela, donde el resto de sus integrantes, algunos de ellos descendientes del Fundador de la República Dominicana, le dispensan un respeto cercano a la veneración. Con ese señor Wiese, frágil por la edad, ingenuo como casi todos los duartistas, y encantador por condición propia, conversé sobre Duarte en la Embajada Dominicana en Caracas, en presencia de otros miembros del instituto y la embajadora Adonaida Medina.

Don Gustavo coincide con la antropóloga e historiadora Cecilia Ayala en que la pobreza extrema de Duarte y su familia es una leyenda.

GW Los enemigos del duartismo en Santo Domingo, los llamados conservadores, con Santana a la cabeza, se ocuparon de crear la leyenda de la miseria de Duarte, para desacreditarlo.

Igualmente, don Gustavo está de acuerdo con Ayala en que Duarte no erró sin sentido por la selva venezolana, alegadamente deprimimido o desencantado, sino que estuvo haciendo comercio, trabajando
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GW Específicamente qué hacía, no lo sé... Pero absolutamente no tuvo nada que ver con desencanto o depresión; él se dedicó a actividades económicas importantes, de las cuales vivía.

En el prólogo a la obra La familia de Juan Pablo Duarte en la Caracas de 1845-1890: un análisis socioeconómico, de la mencionada investigadora, don Gustavo Wiese considera que las leyendas de la indigencia y de la huida, al afectar la imagen de Duarte, dañan la autoestima del pueblo dominicano y el necesario orgullo que debe sentir por sus héroes e ideales. "El pueblo dominicano tiene en Juan Pablo Duarte, en su ideario y en el ejemplo de su vida, una base de valor incomparable. No tiene que inventar pero tiene que ocuparse de desmentir las falsedades que propagaron los enemigos de Duarte"
.
Don Gustavo reconoce que, pese a los importantes esfuerzos que han hecho historiadores para clarificar algunos aspectos confusos de la vida de Duarte, aún persisten dudas e infundios, sobre todo de su etapa venezolana, de la que hay escasa documentación. Al respecto, él propone profundizar las investigaciones y cambiar la la visión de mártir que tenemos de Juan Pablo Duarte. "Queremos que de ahora en adelante no se vuelva a decir "el pobre Duarte" sino que con orgullo pleno de la nacionalidad dominicana digamos "el glorioso Duarte".

Testimonios

“Es un gran orgullo (ser descendiente de Duarte). A nosotros, desde que nacemos, nos enseñan que somos descendientes de Vicente Celestino Duarte, hermano del Padre de la Patria Dominicana. Mis hijos, cuando se les vence el pasaporte venezolano, procuran que le pongan la visa especial por ser descendientes del Padre de la Patria.
En mi familia todo el mundo es esgrimista, porque Duarte era esgrimista. Tambien se transmitió mucho lo de la música, el amor a la literatura, porque para nosotros Duarte no solo era General, sino escritor, hombre de teatro.
Para mí, el mejor Duarte es el ideólogo, el sembrador de la civilidad, de la dominicanidad, de ideas morales intachables; creo que ese fue el gran servicio de Duarte a República Dominicana”. Armando Michelangeli  Ayala, abogado y ensayista, sobrino tataranieto de Duarte




“Yo pienso que hoy más que nunca el pensamiento de Duarte debe formar parte de los valores de la sociedad dominicana, porque Duarte fue, de todos los próceres, quien tuvo más claro el concepto de soberanía y autodeterminacion de los pueblos.
Creo que la obra de Duarte está inconclusa y que él no ha sido suficientemente dimensionado como el gran pensador que fue. Luchar con las armas es imporante, pero las ideas muchas veces son más importantes que aquéllas; la lucha exige tener una visión clara, y Duarte confió siempre en que los dominicanos podian conducirse por si mismos, sin injerencias; ahi está su gran aporte, que debemos siempre tener presente”. Adonaida Medina, Embajadora Dominicana en Venezuela

NOTA: Esta entrevista ha sido realizada gracias a la colaboración de Odebrecht y la Fundación García Arévalo

El autor es periodista y escritor



1 comentario:

Fátima dijo...

Luis Martín, le he dado seguimiento a tus trabajos sobre el Patricio, por ser un tema que me mueve y por las nuevas visiones que aportan estas entrevistas al tema. En una ocasión, durante la realización de un trabajo, encontré una serie de frases atribuidas a Duarte en su ideario, y que eran expresiones de filósofos, pensadores e historiadores a los que, de seguro, Duarte leyó y admiró. Esto es una muestra de las debilidades de información sobre las que hemos erigido la figura del pensador más revolucionario que hemos tenido, sin que, siquiera, muchos de los que le ensalzan se ocupan de analizar Mis aprecios, Fátima Alvarez